anne barton de mayor: statement
Mujer de tela. Hija de la tierra.
Mi camino hacia el arte textil empezó antes de saber leer. Crecí en un pueblo industrial del norte de Inglaterra con una fábrica textil en cada esquina, y en casa estuve siempre rodeada de las telas, agujas y puntadas de mi madre, profesora de alta costura.
Pocas materias tienen tanta presencia en nuestras vidas como los textiles. Son ubicuos. Son envoltorios que protegen ese contenedor de emociones que es el cuerpo humano, y para mí los textiles son el soporte ideal para plasmar vivencias.
Pero en mis obras, las telas se rebelan contra las convenciones sociales de pulcritud y orden habitualmente asociadas con ellas. Las mutilo y las tiño, haciendo que las manchas y zurcidos, parias del hogar, se conviertan en adalid del barullo de la vida misma. Luego cubro las perfectas imperfecciones de estos tejidos con bordado libre, redibujando las fronteras de esta técnica.
El dolor existencial está presente en cada puntada en mis obras, pero cada vez que la aguja atraviesa el tejido, ayuda a restaurar y curar las heridas, y que el habitante de la piel se reconcilie con su vida anterior.
Mi infancia “war baby” de la posguerra marcada por la austeridad, me conmina a reparar y re-utilizar, así que a menudo incorporo otros materiales encontrados en mis alrededores: semillas y hojas, objetos con historia propia, o desechos domésticos, forjando vínculos con el entorno y la propia tierra.